Hace un par de días recibí un correo (seguimiento de un correo no-solicitado que no contesté):

Hola Afiliado, Estoy entrando en contacto nuevamente para hablar de la propuesta hecha en 26/05/08 sobre el Programa de Afiliados HOTWords, que envié por e-mail. Continuamos interesados en el sitio http://blog.duopixel.com/.

Espero una respuesta positiva para pasar mayores informaciones.

Atentamente,

[Nombre Omitido]

A lo que yo contesté:

Hola Spammer (si me permites llamarte de una manera tan genérica como lo has hecho tú). Asumí que si no contestaba asumirían un "no me interesa" como respuesta. En vista de que es ambiguo, permítanme dejar claro que de ninguna manera estoy interesado en poner publicidad en mi blog. Adicionalmente, agradecería que me borraran de su lista de correos. Nunca pedí darme de alta, ni soy un "afiliado".

Saludos
Mark

Recibí esto como respuesta:

Buen Tarde Señor Mark (mejor así?),

Estávamos con problemas de recebimiento de e-mail y por esto no he recibido su respuesta.

Su contacto ya fue borrado de mi lista, con mucho gusto.

Si permite un consejo, es bueno respectar el trabajo de las personas. Es necesario apenas un poco de educación.

Atentamente,

[Nombre Omitido]

No hagan caso a la ortografía. El interlocutor es brasileiro, además no es relevante al tema.

Aunque en ningún momento se intercambian palabras siquiera altisonantes, ahora que me vuelvo a leer sí veo mucho veneno. ¿Hubiera surtido el mismo efecto un "no gracias"? Estoy seguro de que sí. ¿Poca educación? No lo creo, al menos no como contestación a alguien que envía correos no-solicitados. Se lo hubiera hecho a un telemarketer también.

Hace algunas semanas llegó a la portada de Menéame un caso donde, ante una propuesta de intercambio de links, el blogger contesta:

Yo te propongo un intercambio de fluidos: tú me comes lo que viene siendo la polla y yo me cago en tu puta madre. Luego usamos tu mierda de spam para limpiarme yo el culo y tú la boca, por este orden.

Y aún hay más, es imperdible. La opinión parece dividida: aquellos que piensan que todo ser humano merece un trato digno, y aquellos que piensan que ser spammer está por debajo de la dignidad humana. Ira de spam (spam rage), le llaman los vecinos del norte. El objetivo es hacer sentir al spammer una mierda.

booher-0349-wall.jpgEn el 2003, Charles Booher, un programador de Silicon Valley; harto de que le enviaran spam para agrandar su pene, rastreó a la empresa que le enviaba los correos y amenazó con enviarles antrax, torturarlos, castrarlos y otras cosas innombrables hasta que lo quitaran de su lista de correos.

El contexto es un tanto importante: el buen Charles sufría de depresión, estaba en plena explosión de la burbuja económica, desempleado, dejando de fumar, y recibía cientos de correos de la misma empresa al día. Además había pasado por una experiencia traumática de cáncer testicular, así que probablemente se lo tomó personalmente.

Fue arrestado por sus acciones, despertando la simpatía de miles de compañeros de dolor, que en un gesto de solidaridad le enviaron gorras y camisetas con las leyendas que pueden ver en su foto. No pasó tiempo en prisión, por razones trágicas desafortunadamente.

Una semana antes del citatorio en el juzgado, Charles le dijo a su esposa que iba de compras. Al llegar a su casa en la noche, vio que no había llegado y lo reportó a la policía al día siguiente a las 2pm. Poco después encontró en su buzón un sobre sin remitente, con un mapa impreso de MapQuest, y un tache entre dos calles. Su esposa fue al lugar indicado en el mapa, ahí estaba su auto estacionado. Se asomó y vio a Charles recostado en el asiento trasero, con una bolsa de plástico en la cabeza con un tubo conectado a un tanque. Se había suicidado mediante asfixia con helio.

Pobre Charles, el único caso conocido de muerte por spam.