Bastante feo. Para ser justos, es mucho más fácil rediseñar un negocio con muchos problemas a uno que esté mejorado progresivamente mediante iteraciones, como podría ser Starbucks. Nos puede gustar o no, pero el hecho de que haya tantos en todas partes del mundo es reflejo de que algo están haciendo bien. Si me pidieran rediseñar un Starbucks, símplemente diría que no tengo la capacidad de hacerlo.
El rediseño
El problema más evidente es la separación del espacio público del privado. Meses atrás, cuando vivía en Puebla, había una tienda de abarrotes (misceláneas les llamamos en México) cerca de mi casa, sobre una calle muy transitada. Al dueño le iba muy bien, pero por razones personales decidió traspasar el negocio a otro dueño. El nuevo dueño, molesto por el ruido que causaba el tránsito vehicular, decidió instalar una puerta de cristal, y para colmo era corrediza. No pasaron ni seis meses cuando ya había quebrado y tuvo que cerrar la tienda.
Cuando separas el espacio público (la calle) del espacio privado (el negocio) la arquitectura transmite un lenguaje no verbal que dice "no eres bienvenido aquí, este es mi espacio". A veces hay razones justificables por las cuales hacerlo (seguridad, aire acondicionado), en cuyo caso lo mejor es usar ventanas grandes, que aunque crean una barrera física, evitan una barrera visual.
Nuestros amigos de "El Gallito", además de tener una jaula visualmente agresiva, tenían vidrios polarizados. El hecho de que sea un espacio confinado te hace sentir que si entras a preguntar algo no vas a poder salir a menos que sea con un auto rentado. El espacio, además de invitarte a entrar, debe de invitarte a salir si así lo deseas. Por eso quité la reja e hice el "pasillo de entrada" lo más amplio posible. La mesa al exterior reduce la ansiedad de quedar atrapado con un vendedor que no te dejará salir si no es sobre cuatro ruedas. El interior sirve para trámites formales como la revisión de documentación y cobro, y por supuesto quitamos el polarizado. También pasamos atrás el nombre de la empresa para fundir aún más el espacio público y el privado.
El precio se anuncia orgullosamente, ni siquiera tiene que ser muy competitivo (aunque ayuda mucho). Relacionamos el precio grande con los precios baratos gracias a que las ofertas se anuncian así. Por alguna razón, muchas tiendas físicas y en línea le tienen miedo a anunciar sus precios, piensan que con un cliente dentro del negocio ya tienen la mitad de la venta hecha. Sin embargo, con un cliente que sabe de antemano el precio ya tienen el 90% de la venta hecha. No hay publicidad más contextual que la que está sobre el negocio. Aprovéchalo.
Ninguna empresa debería de tener más de un teléfono anunciado. ¿Creen que la gente pasa por ahi y anota los tres teléfonos en su móvil? Ni siquiera en el directorio telefónico es justificable, porque el telefono es uno de los elementos más importantes en este contexto, y es preferible un teléfono grande a tres pequeños. Para eso existen las líneas y los conmutadores. Inclusive Domino's te permite llamar a un teléfono 01-800 que te conecta a la sucursal más cercana.
Problemas que no se resolvieron
No soy fan del nombre "El Gallito" ni del logo que robé de por ahi, pero la identidad corporativa no es mi fuerte. Seguramente alguno mis brillantes lectores tenga una mejor idea para resolver este problema.
El local está hecho para verse de frente cuando en realidad nuestro contacto visual con los negocios se hace de lado. Si voy caminando por la calle, no sabría que el local está media cuadra más adelante. Se podría componer con un anuncio luminoso sobre un poste en dirección a la calle, y los precios deberían de estar montados sobre bases triangulares que permitieran verlos sin voltear cuando uno va en autobus, por ejemplo.
Es frustrante llegar a un negocio y que esté cerrado, en especial si te urge el producto. Debí de haber metido el horario en algún lugar visible.
El hecho de que haya que unir el espacio público y el privado no significa que se tenga que hacer las 24 horas. Debería de haber una reja corrediza o algo por el estilo que proteja los autos mientras el negocio esté cerrado.
Y por último lo más importante: el hecho de que el lugar te invite a pasar y quedarte, no necesariamente significa que los encargados reflejen es aspecto visual-aquitectónico del negocio. Si los vendedores son demasiado agresivos con los clientes, o los encargados símplemente son unos patanes; ninguna cantidad de diseño visual los podrá salvar del fracaso. El diseño debe de ir más allá de la superficie, probablemente en el campo del diseño de experiencias, pero este tema me lo guardaré para el rediseño de otro negocio.