Henry Ford tiene una cita bastante célebre que dice "Puedes escoger cualquier color que te guste - mientras sea negro" en referencia al Modelo T, el primer automóvil exitoso de la historia. Desde la revolución industrial ya nada es único en el mundo, a menos que sea artesanal. Sí, seguro que ahora puedes escoger el color de tu auto, pero aún así hay miles de otros autos idénticos.

En estos últimos años ha habido un intento por parte de los fabricantes de revertir la despersonalización que trajo consigo la fabricación en serie: puedes escoger el color de cada pedazo de tela de tus tenis en NikeID, también puedes escoger exactamente cómo quieres que te llegue configurada tu computadora a la puerta de tu casa desde Dell y no sólo eso, también puedes inscribir una leyenda detrás de tu iPod.

Es un fenómeno difícil de discernir, sucede de manera lenta, y además no todos los productos se prestan a la personalización. Los productos que tendemos a personalizar son los que apreciamos más: los fans del automovilismo se regocijan en modificar sus coches, los fans del iPod compran una cantidad impresionante de parafernalia del producto, y casí todo propietario de una casa producida en serie (como casas Geo), se enorgullece de hacerle una modificación para que sea suya.

Este es un fenómeno que los diseñadores tenemos que tomar en cuenta: al diseñar un producto hay que dejar ciertas cosas abiertas a la modificación. Ya hay un nombre para esta disciplina y es design for hackability. Y es un fenómeno que no sólo se da en el diseño industrial y en la arquitectura, también se da en la red. Con la Web 2.0 vienen muchísimas aplicaciones web con un API, que básicamente es una manera de apropiarte de los datos de la aplicación para usarlos a tu gusto. Si haz visto algunos weblogs con thumbnails que dicen "últimas fotos en flickr", eso se logra a través de un API.

Lo que viene para el futuro

Hace no mucho tiempo Alphar (el otro wey que solía escribir por aquí) anduvo buscando un cajón para subwoofer, esas bocinas que van en la cajuela del coche y que hacen que todo el auto vibre. No encontró uno que verdaderamente le gustara, así que se dispuso a fabricar el suyo. Consiguió los materiales tal y como los quería (madera para los lados y acrílico transparente muy grueso para la tapa) y lo mandó a hacer. Luego lo llevó a un taller de pintura a que lo pintaran exactamente del mismo tono que su coche. Y el toque final fue una luz neon que iluminaba el interior (después de todo Alphar es kistch). Prometo conseguirles una foto, quedó muy fregón. Y no sólo quedó fregón, se escucha muy bien, pues hizo su tarea y se puso a investigar las dimensiones y materiales ideales para lograr una buena acústica.

¿Y a qué viene todo esto? Se vislumbra una era en la que las personas ya no están conformes con consumir o personalizar sino crear.

Despachos de diseño como SonicRim se apoyan en la investigación etnográfica para generar ideas o productos nuevos. Es un cambio de paradigma enorme, porque el diseñador se baja de su trono y deja que el usuario sea co-creador.

Un ejemplo de cómo funciona esto: en un hospital se le dio a algunos pacientes una maqueta de su cuarto, con otros objetos como camas, sillones, ventanas, televisiones y demás. Dejaron que cada paciente armara su cuarto como a él le gustara. Después vacían toda la información cuantitativa en una base de datos que les permite observar tendencias. Una sorpresa para los arquitectos fue la importancia que le daban los pacientes a los sillones y a la televisión: después de todo no hay mucho que hacer en un hospital más que ver la tele y platicar con las personas que te visitan.

Y todavía hay más: aquí hay artículo de Wired que describe cómo el autor creó una guitarra eléctrica justo a su medida a un precio razonable, sin saber nada de diseño. Y no le quedó nada mal. También se pueden crear circuitos electrónicos a tu medida, así un granjero australiano ahora rastrea a sus ovejas mediante GPS, y un doctor indú sabe si le están vendiendo leche rebajada mediante un dispositivo que mandó a hacer.

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(El autor del artículo de Wired con la guitarra que él mismo fabricó)

Es un cambio cultural catalizado por la tecnología

Dice el dicho "Si fuera fácil todo mundo lo haría". Pues ese es el rol de la tecnología. No vemos a más gente inventando nuevas recetas de cocina, porque cocinar bien es igual de difícil hoy de lo que era hace 500 años. Sin embargo, sí vemos a más gente retocando sus propias fotos, grabando sus bodas en video, componiendo música y un sinnúmero de otras cosas que no hacían antes. Empresas como Apple entienden esto muy bien, inclusive hay revistas especializadas como Make que se enfocan al tema (excelente revista por cierto).

La facilidad al acceso a la información también juega un rol importantísimo. Alphar no se hubiera lanzado a construir su cajón sin antes saber qué características debía de tener. La susodicha "era de la información" pone a nuestra disposición el conocimiento acumulado de toda la sociedad para beneficio del que quiera oprimir el botón de "Search" en google.

A mi parecer, no sólo es un efecto colateral de la tecnología, sino es una respuesta de la sociedad respecto a la industrialización y la despersonalización que conlleva la producción en serie. Desde los 70's se viene gestando la cultura del "Do It Yourself" (D.I.Y.) nacida con el anarco-punk y que curiosamente ahorita hace eco en la sociedad en general.

Lo que logra la tecnología es disminuir la curva de aprendizaje: puedes hacer más sabiendo menos. Y lo que necesitas saber está a tu alcance.