En Designing for People, Henry Dreyfuss escribe:
Antes de que el diseño industrial fuera apreciado por las empresas, como lo es hoy en día, las empresas telefónicas habían comprendido que la funcionalidad por si misma no era suficiente. En 1930, poco después de haber inaugurado mi oficina, un representante de Bell Telephone Laboratories me visitó. Tuvo la gracia de no mostrar incomodidad ante el mobiliario de mi oficina--una mesa prestada para jugar cartas y sillas plegables--lo que me alcanzaba para ese entonces. Su misión era informarme que los Laboratorios Bell estaban ofreciendo premios de mil dólares a cada uno de los diez artistas y artesanos que pudieran ofrecer una visión del teléfono del futuro.
Fue halagador ser incluido en este grupo, y el prospecto de mil dólares era atractivo. Pero sugerí que el aspecto del teléfono debía de desarrollarse desde las entrañas: no se debía de crear un molde al cual los ingenieros eventualmente meterían los circuitos, sino que se requería colaboración con los técnicos de Bell. Mi visita discrepaba con mi opinión, diciendo que tal colaboración tan solo limitaría la visión artística del diseñador.
Varios meses después regresó con una perspectiva diferente. Admitió abiertamente que los teléfonos del futuro enviados por los diez artistas no habían sido satisfactorios. Algunos de ellos eran bastante originales, dijo, pero todos eran imprácticos. Ahora quería escuchar mis ideas acerca del diseño desde adentro. Nuestra conversación llevó a una asociación que ha probado ser enormemente satisfactoria. Nadie ha podido ser más cooperativo que los ingenieros de Bell a través de los años, o más paciente y comprensivo.
El resultado de esta colaboración es un clásico del diseño, el teléfono modelo 500 de AT&T (Bell, básicamente). Este teléfono, tan estándard para los ojos contemporáneos, en realidad contiene una serie de mejoras incrementales partidas del modelo 102 de la misma empresa.
En un ejemplo de copias fallidas en el campo del diseño, los teléfonos contemporáneos suelen incluir el cordón extensible siendo extremadamente ligeros, por lo que cuando tomas el auricular el aparato sale volando.
Dreyfuss (junto con los Eames) es unos de los grandes faros estadounidenses del diseño industrial. Diseñó su propia muerte (un eufemismo para suicidio) por monóxido de carbono, después de que su esposa fuera diagnosticada con cáncer terminal. La pareja fue encontrada sin vida dentro de su auto un otoño de 1972.